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…
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¿Y tu qué tal, algún chico especial?
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¿Yo? Que va, no surge nada, al parecer no gusto a los
chicos…
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Jaja es que eres un poco sosa
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¡Uy! ¿Sosa? Vale, vale, gracias ee
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No, haber, a mi me gusta hablar y estar contigo y eso
ya lo ves, pero me refiero a que eres un poco parada, deberías soltarte más.
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Jaja es que tú eres muy sencillo, ¡para ti todo es muy
fácil!
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Que va yo solo me dejo llevar, tampoco te creas que
hago nada especial ni voy como un loco ahí a atacar jaja
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Buah, es que yo no soy capaz… No me sale jaja. Pero ee
cuando me animo me animo muy bien ¡tchs!. Lo que pasa es que qué quieres que
haga yo si no se me acerca un chico, no puedo demostrar nada, ni aunque
quisiera.
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Claro que puedes, solo se más activa e insinua jaja
-
¿Si, no? Jaja ¿qué pasa, qué me tengo que acercar mucho
y ponerme en plan zorrona?- Acercándose mucho a él, y poniendo voz sensual, para imitar
un flirteo descarado.
Sus miradas se cruzan, nunca habían
estado tan cerca, solo están pasando un buen rato bromeando entre amigos, dos
amigos que hace mucho que no se ven ¿la broma se convierte en algo más serio
para alguno? Se hace un pequeño silencio, hasta que él, ahora mucho mas serio y
mirándola a los ojos, mientras ella sigue con esa sonrisa y mirada burlonas de
tono bromista, contesta.
-
No. A mi solo me basta con que seas tú.
Ella atónita no cree lo que oye, su
sonrisa burlona pasa a convertirse en una mueca reflexiva, un poco sonrojada y
sobretodo sorprendida. Piensa que vuelve a equivocarse y que tan solo es otro
comentario inocente en la agradable conversación, pero no quita la mirada y se
aprecia la dulzura en la de ambos, ahora alternando su dirección entre boca y
ojos, se acercan poco a poco, después de ese largo pero excitante silencio. Algo
se acelera en su pecho, esa dulce frase despierta una esperanza que hacía
tiempo había perdido. Sus labios se unen en un hermoso beso, no es perfecto, no
estaba planeado, pero el momento lo convierte en algo increíble. Tras el inicio
del dulce y tímido beso, éste se vuelve más intenso y apasionado y él la acerca
contra sí, sujetándola entre sus brazos, convirtiendo ese momento, en ese banco
testigo del comienzo de un profundo sentimiento, en algo tan especial, que al
menos uno de los dos nunca olvidaría.
Cómo una inocente, esperada y divertida
conversación se puede convertir fácilmente en mucho más, en un momento perfecto
guiado por la liberación de una tensión de amor oculta pero latente...
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