Tu vida son las personas que la rellenan y completan.
Por nuestra vida pasan ciertos de personas, ya sea como una
simple sombra pasajera que como una intensa cicatriz marcada a fuego en nuestra
piel. Todas estas personas crean nuestro mundo, nuestra vida, a nosotros
mismos. Cada uno es el resultado de todas las interacciones sociales que ha
tenido y cómo han afectado en su vida las personas de su alrededor. Pero aunque
cada persona que se acerque a tu halo de vida incide en ella, eso no quiere
decir que tengas que prestar atención a cada una de ellas, ni si quiera quiere
decir que se lo merezcan. Tú eres quien debe decidir a quién merece la pena
mantener cerca tuya y a quién no, y a veces hay que tragarse el orgullo y tienes
que ser tú el que construya un camino convergente al de otra persona si ésta de
verdad te importa.
Que una persona pase por tu vida no quiere decir que se
merezca un trato especial por haber tenido la “bondad” de aparecer en ella. No.
Que una persona aparezca en tu vida tan solo es una oportunidad para el
comienzo de algo, puede que bueno o puede que malo, pero al fin y al cabo un
comienzo, aunque muchas veces, la mayoría, solo resultan ser unos pasajeros
estacionales, puede que no físicamente, pero sí emocionalmente.
A esas personas son a las que hay que aprender a no darles
un espacio mayor en tu vida de el que ellos te dan a ti, o simplemente dejar
que concluya de forma natural su estancia en tu halo.
Por eso es una auténtica estupidez pasarse la vida preocupado
de todo lo que piensa y lo que hace la gente de a tu alrededor, cuando en
realidad las únicas opiniones relevantes o simplemente con real importancia son
las de cuatro personas de tu vida, ¿para qué amargarse intentando ser lo que
las sombras estacionarias ven correcto? Ni si quiera ellas lo tienen claro.
Es cierto, puede que al principio no distingas a esas
personas de otras que sí que merecen la pena. Pero poco a poco con el tiempo
irás dándote cuenta de que han llegado a tu vida personas a las que no quieres
dejar escapar por mucho que ello te cueste, personas que realmente remueven
algo dentro de ti, que sacan sonrisas de la nada y que crean recuerdos que se
marcan en tu corazón como tatuaje en tu piel. Pero cuidado, esto no quiere
decir que nunca vayan a desaparecer o a hacerte daño. La vida da muchas vueltas
y a veces la persona que más cerca tenías es la que más lejos se acaba yendo.
¿Serías capaz de diferenciar a un marcador PASAJERO en tu vida de un marcador
PERMANENTE? Aparentemente son muy parecidos, pero yo creo haber aprendido a
diferenciarlos. Aunque la verdad nuca se sabe, no hay que ser ingenuo, en
cualquier momento uno que tú creías “permanente” puede abandonar tu mente, tu
corazón, o simplemente tu halo, y eso lo hace todo mucho más difícil…
Antes hablábamos de cómo tú debes decidir con raciocinio a
quienes dejar pasar a tu halo, a quienes convertir en permanentes y a quienes
dejar como pasajeros. Pero con las personas marcadoras es diferente, muchas
veces son ellas las que toman la decisión y tú el que estás a su merced. En
otros casos, estas obligado a cambiarles de lugar en tu vida, ya sea por tu
propio bien o por deber, no todo el mundo consigue esto, es realmente doloroso
borrar un “tatuaje” que ha sido parte de ti mucho tiempo, o incluso poco tiempo
pero de forma intensa. Duele.
Y entonces pensarás Vaya
mierda, no puedo controlar ni mi propia vida, ni mantenerme a salvo del dolor. Y
lo cierto es que es así, exactamente la vida es eso, no saber qué va a pasar,
no estar preparado para el dolor y que te ataquen por donde menos te lo
esperas. Hay gente quien tiene la suerte de no chocarse y partirse algo en toda
su vida, otros sin embargo, nos caemos un millón de veces, pero por muy dura
que haya sido la caída siempre hay algo que te hace continuar. Puede que la
diferencia no sea que la vida de uno es más fácil que la del otro, sino que
cada uno enfoca los problemas de una forma totalmente diferente. Lo perfecto
sería saber transformar los obstáculos en retos y oportunidades, las penas en
alegrías, los finales en comienzos, las pérdidas en ganancias y los sueños en
realidad. Pero no todos tenemos esa capacidad.
Tal vez lo importante sea vivir de la manera que más feliz
te haga, al fin y al cabo eres tú quien tiene que disfrutarla ¿no? Yo no soy
capaz de ver la vida como algo enfocado a mi felicidad, no puedo evitar no
mirar más a mi alrededor de lo que me miro a mi misma, o quién sabe, tal vez
eso es lo que creo, pero en realidad les miro para verme a mi y soy más egoísta
de lo que creo. Mmm... no lo sé, pero tengo claro que lo único que importa es
que tú mismo sepas quien eres y busques la felicidad. Mi personalidad me hace
añadir a este objetivo básico de la vida el no hacerlo a costa de otros, y eso
ya lo complica todo, porque siempre va a haber alguien que salga perjudicado…
Espero que no seas cómo yo y tú sepas ver la vida de una forma
mucho mas sencilla que yo, aunque a mi éste me parezca el modo correcto. Cada
uno tiene sus trucos para continuar su cuento y llegar al tan ansiado final
feliz.
Marcadores, marcadores
permanentes. Varias personas marcan con fuerza tu corazón, o aunque solo
sea tu mente, pero aún así muchos no permanecerán junto a la marca que han
dejado, es triste pensar que esa gente que te ha apoyado cuando lo has
necesitado, con la que has compartido lágrimas y risas, secretos y bromas,
desaparecerá, nada es para siempre. Pero hay casos en los que te das cuenta que
una persona es demasiado importante en tu vida para que esto ocurra, y dónde
creías que no había remedio, tan sólo hacía falta quitarse la capa para hacer
posible que no abandone tu vida.
No quiero hablar de los casos que son irremediables, pero
como yo siempre digo: Los finales tan solo son comienzos de algo nuevo (no digo
mejor y peor, tan sólo nuevo, cambios…)
La verdad es que el hecho de que vaya a ir cambiando de
gente y lugares a lo largo de mi vida, no me había supuesto ningún problema, me
gustan los cambios, lo nuevo, lo raro y especial. Pero hay personas que llegan
a tu vida y pisan fuerte, afectándote más de lo que creías que podían afectarte
y ahí empieza el miedo, el miedo a que no sea para siempre, el miedo a que un
día todos esos momentos desaparezca, o se vayan desvaneciendo poco a poco, lo
que es más doloroso aún. Miedo, un miedo que hace que sientas que tienes una tormenta
sobre ti, y tan solo quieras decir Te
quiero y recibir un abrazo de esa persona y que nunca te suelte.
A veces, alguien entra en tu vida de la manera más tonta y
esa “tontería” se acaba convirtiendo en una de las cosas que más te importan y
más te asusta perder. Esa “tontería” se va convirtiendo en algo muy bonito y
difícil y doloroso de olvidar.
A mi, concretamente me ha pasado, es algo extraño, son
recuerdos perfectos, a los que no modificarías ni un ápice, momentos que me
gustaría plastificar, guardar bajo llave y llevarlos siempre conmigo, por eso
él es una persona a la que no quiero fuera de mi vida, de mi halo, por mucho
tiempo que pase. No todos los días se siente una conexión tan especial con
alguien, no todos los días encuentras a alguien con quien te sientes tan a
gusto. Por eso ahora tengo miedo a cagarla, porque a veces me da la sensación
de que lo pierdo, y algo salta en mi interior… Celos, tristeza, enfado,
reproche, pero sobre todo MIEDO. Miedo por perderlo todo, miedo por olvidar esos
recuerdos perfectos que me gustaría almacenar a modo de película y verla una y
otra vez. Pero es lo que tiene elegir un camino… que ganas lo que querías, pero
también pierdes algo… Espero no perder más y tenerle siempre a mi lado, aunque
siendo realista lo veo “imposible”.
Pero quién sabe, a lo mejor la vida me está engañando y tan
solo es un marcador (por que marcas esta claro que ha dejado y seguirá haciéndolo)
pasajero. Tal vez deje de importarme mas adelante o salga de mi vida
emocionalmente o físicamente sin demasiado revuelo. Solo sé que eso no es lo
que ahora quiero. El caso es, si es un marcador pasajero ¿Podría yo
convertirlo en un marcador permanente? ¿O es algo que escapa a mi acción?
Es una persona realmente especial, es alguien que vale mucho,
aunque a veces no se de cuenta. Es un gran amigo que se ha convertido sin
querer en alguien importante para mí, al que aprecio y le tengo mucho cariño.
Mi vida está repleta de personas y hechos que me han hecho
ser lo que soy, y sé que todos ellos (la gran mayoría) son pasajeros, aunque
sean marcadores. Tan solo tengo 15 años, mi vida aún tiene que experimentar
muchos cambios. Mi novio, mis amigos, mis compañeros, mis enemigos, mis gustos;
sé que nada de eso es permanente, claro que me da pena pensarlo, pero es lo que
hay, me gusta afrontar la realidad cara a cara y estoy dispuesta a luchar y
seguir adelante con lo que me echen.
Pero hay algunas cosas a las que te atas. Sé que lo más
probable es que no pase, pero aún mantengo la esperanza de mantener para
siempre algunas amistades. La esperanza es lo último que se pierde ¿no? ;)
[ENERO 2013]
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