EL ROBLEDAL DE LA DUDA
En la sombra
aterciopelada
de un deseo
incandescente,
se bate al
vuelo una palabra,
en mi cabeza
incoherente.
Solo el tiempo
retiene mi calma,
condicionando a
su antojo
la certeza en
mi palabra,
una mirada que
incita,
una sonrisa
ilícita,
un impulso
caprichoso,
palabras
sinceras implícitas.
De mis temores
una nueva
premisa,
dudas bajo la
seguridad,
humeantes
promesas entre carcajadas,
miedo a perder
esa inmunidad
corrompida por
caricias infiltradas.
Privada
devoción
que provocaba
un sueño de inexperiencia,
se presenta
ahora como adicción
con suma
impertinencia.
Que hizo de mi
ímpetu
quebradiza piel
de madera,
que hizo de mis
alas
mi jaula
perecedera.
Es la libertad,
un continuo
cambio de camino,
un plan
imperfecto
por instinto
elegido.
A todos los
efectos
rico en
destino,
a todos los
efectos,
tu único
enemigo.
Confianza,
valor,
un consejo:
fuerza y
esplendor.
Un pequeño
tropiezo,
siempre te
levantas.
Pues las ganas
son destellos,
y tus pasos son
medallas,
que iluminan el
sendero,
que impulsan
tus esperanzas.
Paradojas de mi mente,
fruto del indeciso roble,
invoca al cerezo
que busca endulzar al noble,
castiga al castaño
que invoca al ser avaro.
Frío en mi semblante,
anuncia un invierno esquivo.
Una lluvia delirante,
enloquece mi sexto sentido.
Un sabio de caoba
tiende su brazo de espino,
como araña traidora
para prender fuego a tu destino
Una puesta de sol,
un eclipse de luna,
tus ojos apagados,
mi día iluminado.
Lo quiere todo
este ambicioso mar
que rebosa en las costas
dominando una vez más.
A veces predecible,
muchas más contradictorio,
una palabra indescriptible,
que reniega de lo obligatorio.
Al fin y al cabo
tan solo un inmaduro sentimiento,
de vivir deseoso
entre tus pensamientos.
Solo una voz,
entre tinieblas dulces.
Escuchas el clamor,
desgarradora incertidumbre.
Solo un momento,
desaparece mi piel de azufre,
se une al robledal añejo
esquivando un futuro complejo.
[Marzo 2014 - Concurso literario]
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