sábado, 13 de diciembre de 2014

Tú, tu vida, tu gente

Tu vida son las personas que la rellenan y completan.

Por nuestra vida pasan ciertos de personas, ya sea como una simple sombra pasajera que como una intensa cicatriz marcada a fuego en nuestra piel. Todas estas personas crean nuestro mundo, nuestra vida, a nosotros mismos. Cada uno es el resultado de todas las interacciones sociales que ha tenido y cómo han afectado en su vida las personas de su alrededor. Pero aunque cada persona que se acerque a tu halo de vida incide en ella, eso no quiere decir que tengas que prestar atención a cada una de ellas, ni si quiera quiere decir que se lo merezcan. Tú eres quien debe decidir a quién merece la pena mantener cerca tuya y a quién no, y a veces hay que tragarse el orgullo y tienes que ser tú el que construya un camino convergente al de otra persona si ésta de verdad te importa.

Que una persona pase por tu vida no quiere decir que se merezca un trato especial por haber tenido la “bondad” de aparecer en ella. No. Que una persona aparezca en tu vida tan solo es una oportunidad para el comienzo de algo, puede que bueno o puede que malo, pero al fin y al cabo un comienzo, aunque muchas veces, la mayoría, solo resultan ser unos pasajeros estacionales, puede que no físicamente, pero sí emocionalmente.
A esas personas son a las que hay que aprender a no darles un espacio mayor en tu vida de el que ellos te dan a ti, o simplemente dejar que concluya de forma natural su estancia en tu halo.
Por eso es una auténtica estupidez pasarse la vida preocupado de todo lo que piensa y lo que hace la gente de a tu alrededor, cuando en realidad las únicas opiniones relevantes o simplemente con real importancia son las de cuatro personas de tu vida, ¿para qué amargarse intentando ser lo que las sombras estacionarias ven correcto? Ni si quiera ellas lo tienen claro.

Es cierto, puede que al principio no distingas a esas personas de otras que sí que merecen la pena. Pero poco a poco con el tiempo irás dándote cuenta de que han llegado a tu vida personas a las que no quieres dejar escapar por mucho que ello te cueste, personas que realmente remueven algo dentro de ti, que sacan sonrisas de la nada y que crean recuerdos que se marcan en tu corazón como tatuaje en tu piel. Pero cuidado, esto no quiere decir que nunca vayan a desaparecer o a hacerte daño. La vida da muchas vueltas y a veces la persona que más cerca tenías es la que más lejos se acaba yendo. ¿Serías capaz de diferenciar a un marcador PASAJERO en tu vida de un marcador PERMANENTE? Aparentemente son muy parecidos, pero yo creo haber aprendido a diferenciarlos. Aunque la verdad nuca se sabe, no hay que ser ingenuo, en cualquier momento uno que tú creías “permanente” puede abandonar tu mente, tu corazón, o simplemente tu halo, y eso lo hace todo mucho más difícil…

Antes hablábamos de cómo tú debes decidir con raciocinio a quienes dejar pasar a tu halo, a quienes convertir en permanentes y a quienes dejar como pasajeros. Pero con las personas marcadoras es diferente, muchas veces son ellas las que toman la decisión y tú el que estás a su merced. En otros casos, estas obligado a cambiarles de lugar en tu vida, ya sea por tu propio bien o por deber, no todo el mundo consigue esto, es realmente doloroso borrar un “tatuaje” que ha sido parte de ti mucho tiempo, o incluso poco tiempo pero de forma intensa. Duele.
Y entonces pensarás Vaya mierda, no puedo controlar ni mi propia vida, ni mantenerme a salvo del dolor. Y lo cierto es que es así, exactamente la vida es eso, no saber qué va a pasar, no estar preparado para el dolor y que te ataquen por donde menos te lo esperas. Hay gente quien tiene la suerte de no chocarse y partirse algo en toda su vida, otros sin embargo, nos caemos un millón de veces, pero por muy dura que haya sido la caída siempre hay algo que te hace continuar. Puede que la diferencia no sea que la vida de uno es más fácil que la del otro, sino que cada uno enfoca los problemas de una forma totalmente diferente. Lo perfecto sería saber transformar los obstáculos en retos y oportunidades, las penas en alegrías, los finales en comienzos, las pérdidas en ganancias y los sueños en realidad. Pero no todos tenemos esa capacidad.

Tal vez lo importante sea vivir de la manera que más feliz te haga, al fin y al cabo eres tú quien tiene que disfrutarla ¿no? Yo no soy capaz de ver la vida como algo enfocado a mi felicidad, no puedo evitar no mirar más a mi alrededor de lo que me miro a mi misma, o quién sabe, tal vez eso es lo que creo, pero en realidad les miro para verme a mi y soy más egoísta de lo que creo. Mmm... no lo sé, pero tengo claro que lo único que importa es que tú mismo sepas quien eres y busques la felicidad. Mi personalidad me hace añadir a este objetivo básico de la vida el no hacerlo a costa de otros, y eso ya lo complica todo, porque siempre va a haber alguien que salga perjudicado…
Espero que no seas cómo yo y tú sepas ver la vida de una forma mucho mas sencilla que yo, aunque a mi éste me parezca el modo correcto. Cada uno tiene sus trucos para continuar su cuento y llegar al tan ansiado final feliz.

Marcadores, marcadores permanentes. Varias personas marcan con fuerza tu corazón, o aunque solo sea tu mente, pero aún así muchos no permanecerán junto a la marca que han dejado, es triste pensar que esa gente que te ha apoyado cuando lo has necesitado, con la que has compartido lágrimas y risas, secretos y bromas, desaparecerá, nada es para siempre. Pero hay casos en los que te das cuenta que una persona es demasiado importante en tu vida para que esto ocurra, y dónde creías que no había remedio, tan sólo hacía falta quitarse la capa para hacer posible que no abandone tu vida.
No quiero hablar de los casos que son irremediables, pero como yo siempre digo: Los finales tan solo son comienzos de algo nuevo (no digo mejor y peor, tan sólo nuevo, cambios…)

La verdad es que el hecho de que vaya a ir cambiando de gente y lugares a lo largo de mi vida, no me había supuesto ningún problema, me gustan los cambios, lo nuevo, lo raro y especial. Pero hay personas que llegan a tu vida y pisan fuerte, afectándote más de lo que creías que podían afectarte y ahí empieza el miedo, el miedo a que no sea para siempre, el miedo a que un día todos esos momentos desaparezca, o se vayan desvaneciendo poco a poco, lo que es más doloroso aún. Miedo, un miedo que hace que sientas que tienes una tormenta sobre ti, y tan solo quieras decir Te quiero y recibir un abrazo de esa persona y que nunca te suelte.
A veces, alguien entra en tu vida de la manera más tonta y esa “tontería” se acaba convirtiendo en una de las cosas que más te importan y más te asusta perder. Esa “tontería” se va convirtiendo en algo muy bonito y difícil y doloroso de olvidar.

A mi, concretamente me ha pasado, es algo extraño, son recuerdos perfectos, a los que no modificarías ni un ápice, momentos que me gustaría plastificar, guardar bajo llave y llevarlos siempre conmigo, por eso él es una persona a la que no quiero fuera de mi vida, de mi halo, por mucho tiempo que pase. No todos los días se siente una conexión tan especial con alguien, no todos los días encuentras a alguien con quien te sientes tan a gusto. Por eso ahora tengo miedo a cagarla, porque a veces me da la sensación de que lo pierdo, y algo salta en mi interior… Celos, tristeza, enfado, reproche, pero sobre todo MIEDO. Miedo por perderlo todo, miedo por olvidar esos recuerdos perfectos que me gustaría almacenar a modo de película y verla una y otra vez. Pero es lo que tiene elegir un camino… que ganas lo que querías, pero también pierdes algo… Espero no perder más y tenerle siempre a mi lado, aunque siendo realista lo veo “imposible”.
Pero quién sabe, a lo mejor la vida me está engañando y tan solo es un marcador (por que marcas esta claro que ha dejado y seguirá haciéndolo) pasajero. Tal vez deje de importarme mas adelante o salga de mi vida emocionalmente o físicamente sin demasiado revuelo. Solo sé que eso no es lo que ahora quiero. El caso es, si es un marcador pasajero ¿Podría yo convertirlo en un marcador permanente? ¿O es algo que escapa a mi acción?

Es una persona realmente especial, es alguien que vale mucho, aunque a veces no se de cuenta. Es un gran amigo que se ha convertido sin querer en alguien importante para mí, al que aprecio y le tengo mucho cariño.

Mi vida está repleta de personas y hechos que me han hecho ser lo que soy, y sé que todos ellos (la gran mayoría) son pasajeros, aunque sean marcadores. Tan solo tengo 15 años, mi vida aún tiene que experimentar muchos cambios. Mi novio, mis amigos, mis compañeros, mis enemigos, mis gustos; sé que nada de eso es permanente, claro que me da pena pensarlo, pero es lo que hay, me gusta afrontar la realidad cara a cara y estoy dispuesta a luchar y seguir adelante con lo que me echen.

Pero hay algunas cosas a las que te atas. Sé que lo más probable es que no pase, pero aún mantengo la esperanza de mantener para siempre algunas amistades. La esperanza es lo último que se pierde ¿no? ;) 

[ENERO 2013]


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