domingo, 19 de abril de 2015

Corazón Explosivo (3)

Ella está llorando, después de una tarde llena de ininteligibles situaciones con su novio ya no puede más, así que aprovecha el camino de vuelta a casa para desahogarse y llorar tranquila. Ya que sabe que no puede hacerlo en ningún otro momento, porque debe ser fuerte, o por lo menos aparentarlo. Camina destrozada, con el alma arrastrándola por los suelos, porque ya no aguanta esa sensación de no saber qué es lo que está pasando. Regular la respiración cada vez se le hace mas difícil y empieza a pensar en todo, en su vida. Entonces se derrumba aún más y finalmente para y se sienta en el suelo contra una pared, cubriéndose la cara con sus brazos.

-          Chica especial ¿qué haces ahí tirada? ¡hombre que te vas a ensuciar!- con tono desenfadado y guasón.

Ella levanta la cabeza.

-          Hola- alcanza a decir con un hilo de voz e intentando fingir una pequeña sonrisa.
-          Eeeee ¿qué pasa?
-          Nada- se levanta y empieza a caminar secándose las lágrimas de los ojos.

Él la alcanza y la para de frente. Ella intenta esquivarle, sobre todo la mirada, pero él no se lo permite.

-          ¿Qué es lo que ha pasado para que estés así? Cuéntamelo, solo quiero ayudarte- con un tono más serio y suave.
-          ¿Tu? ¿Ayudarme a mí? Por favor, a quién vas a engañar, a ti no te importa nada ni nadie, realmente te da todo igual, te conozco ¿por qué ibas a querer ayudarme? Ni siquiera soy una chica especial de verdad para ti.
-          Ahí es donde te equivocas, si que lo eres, eres muy especial y no solo para mi, sino para el mundo entero, porque chicas como tu no hay ninguna, ni tampoco debería haber cosas que te hicieran llorar. Puede que me tome todo a broma siempre y viva a mi royo, pero tu me importas, a pesar de lo que a ti te pueda parecer.
-          ¿Lo dices enserio?- mientras le resbala una cristalina lágrima más por su mejilla derecha.
-          ¿Por qué iba a estar ahora aquí contigo si no?
-          Yo… sólo necesito un abrazo, es que no puedo más, sé que últimamente parece que solo sé estar deprimida pero es que…

Antes de que ella pueda acabar la frase, él la abraza con todas sus fuerzas.

-          No te preocupes, estoy aquí, olvida eso, olvida lo que te dije, todo el mundo tiene sus rachas.
-         
-          Te echaba de menos, y sigue sin ser broma. Iris… yo… siempre te voy a estar esperando, aún te quiero.


Algo en los ojos de Iris cambia, una chispita de vida, algo que le da nuevos motivos para seguir adelante y la reconforta, la única cosa positiva que ve ahora en su vida. Pero es injusta, porque ella ya tiene a alguien que debería decirle esas cosas y hacerla sentir ese calor en su pecho que despierta él, pero no lo hace, y eso es lo que la está consumiendo por dentro…

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